Te estoy viendo!!

Cuando vivía en Caracas, vivía en el centro.

El centro de Caracas para los que no tienen el placer de conocerlo es como una gran feria maravillosa donde pasan mil cosas al mismo tiempo. Tiendas, restaurantes, tarantines, buhoneros, malandros, autobuses, motorizados, mendigos, revendedores, transeúntes, perros callejeros, perros-calienteros, vendedores de chicha, contaminación, ruido de cornetas, música... sinceramente igual que Estambul. Hay que tener ojos sobre los ojos y piernas sobre las piernas, para poder atravesar el centro y salir ileso.

En fin, todos sabemos que la densidad en el centro es bien alta, es decir que cuando vives en el centro, no te extraña además que tus actividades cotidianas coincidan con las de otras mil personas, es decir, sales, entras, comes, te bañas o te acuestas al mismo tiempo que los otros. Y cuando vives el hacinamiento de las torres del centro, también te acostumbras a que la(s) ventana(s) de tu apartamento tengan la misma vista que mil balcones o ventanas mas.

Algo todavía mas perverso es que te acostumbras a asomarte a la ventana al mismo tiempo que otras 300 personas y a sentirte un poco observado y a veces hasta mirar... En mi casa, las ventanas tenían vidrios texturisados y además cortinas para protegernos.

En este tipo de vida urbana el concepto de vecino es bien extraño, porque no hablas con nadie, cuando mucho el buenos días del ascensor. Pero es casi inevitable conocerle un poco la vida a todo el mundo. Sabes cuando el vecino de abajo entró y cuando salió y si vino acompañado, o cuando la vecina de al lado se peleó con la hija, o cuando la viejita de arriba está hablando por teléfono, o cuando el de enfrente está de graduación o de fiesta ...

Aquí es igual, sin embargo hay algo diferente entre aquí y allá.

Es muy raro, porque aquí la gente es mas discreta en algunas cosas, es decir, no van a poner a Amanda Miguel o Ana Gabriel a todo volumen para cantar en el borde de la ventana como una vez lo hiciera una vecina despechada, en otras cosas creo que no tienen pudor...

Mi vecino de enfrente es tan encantador como Hugh Jackman (el mismo de X-men), hasta ahí todo va bien, todos tenemos vecinos mas o menos simpáticos y/o sexys.

Lo que mas me gusta de mi vecino es que no tiene reparos para tener sexo en la sala de su casa, cortinas abiertas, luces encendidas y mucho morbo!!

Pues si, soy un voyeur!!

En varias ocasiones al llegar al apartamento y encender las luces me ha tocado ver al vecino en plena faena sexual. La primera vez corrí a cerrar mis persianas, no quería perturbarlos con mis luces, la segunda vez aproveché para regar las plantas del balcón y me sorprendió el dinamismo de sus movimientos, la tercera vez pude darme cuenta que no era la misma chica de la vez anterior.

Ahora, cuando puedo, apago las luces y tomo nota de todo lo que veo.

Soy un voyeur!!