sábado, 10 de enero de 2009

31 roto

Después de hacerlo todo o casi todo para pasar un buen 31 de diciembre, sólo puedo decir que hay que hecerle caso a las corazonadas.

Todo estuvo listo, yo preparé algunas cosas, aunque el francés estuvo todo el tiempo ahi para aconsejar, controlar y hasta elaborar algunos platillos. Champagne, ostras, vieiras, fois gras, lentejas, trufa, salmón, cangrejo, turrón, torta, dulces, mandarinas, uvas y otras frutas.

La logística tampoco estuvo fácil ya que éste 31, quise celebrar al mismo tiempo el cumpleaños del francés con los amigos, pero en sorpresa. Invitar a todo el mundo, (los de lejos, los de cerca) que todo el mundo mantenga el secreto, que todo el mundo confirme antes de una fecha límite para poder hacer los cálculos (torta, bebidas y comida en general) que todo el mundo participe a la lista de vajilla (si, éste año le hemos regalado entre familia y amigos una vajilla al francés), nada fué facil.

La decoración, como era una sorpresa tuve que dejarla para el último momento, es decir, que sólo tuve 6 horas para montar los últimos detalles (después quel francés se fuera a trabajar), es decir, luces y extensiones, globos, flores, servilletas decoradas, cotillones, etc. Todo a última hora y yo sólo...

Estaba de lo mas contento porque había conseguido un cable mágico que se conecta entre la compu y el equipo de sonido y así, toda la música y selecciones que había preparado en la página DEEZER podían ser transmitidas al fin con un sonido mas fuerte y con una mejor calidad. Del tiro lo dejé definitivo.

Había una sola cosa que me inquietaba, no quería quebrar nada. Quise utilizar todo en plástico y desechable para no perder tiempo lavando platos y potecitos después de la fiesta. Incluso quería que los cubiertos fueran de plástico porque sé que cuando uno bota los platos por lo general bota también los cubiertos y no quería quedarme sin nada. Lo que no sabía era si poner copas de vidrio o de plástico, porque al final de una fiesta solo quedan las copas con colillas de cigarrillos por todos lados y lo que da es un asco total, pero por más que sea la champagne no se sirve en plástico, a menos que sea un picnic.

Bueno, al final compré 12 copas en vidrio que estaban en oferta, porque ademas tampoco tenía 24 copas de champagne iguales... Asi que solo había en vidrio las copas, los floreros y algunos candelabros.

La fiesta fue un éxito, los invitados quedaron hartos y el francés sorprendido, todos contentos.

Al final yo estaba ebrio como quería, la mayoría de la gente ya se había ido y no sé en que momento ni por qué, el francés comenzó a recogerlo “todo” y a poner una trompa tan larga como la de un elefante. Todo se volvió una pesadilla.

En algun momento, en medio de mi hebriedad-sobriedad, le pregunté el porqué de su carota y ahi se fué en un discurso de seriedad... mi reacción fué mandarlo todo a la mierda. Queria mostrarle que si el queria arruinarme la fiesta yo también podía participar, asi que comencé a tirarlo todo al piso.

No quedaba casi nada, solo las cosas de vidrio... algunas copas, candelabros y el florero. Todo al piso en una crisis que quedará para la historia como la mas grande que hayamos tenido. Nos dijimos muchas cosas, yo quería que el francés reaccionara pero todo el show lo dejó en shock.

Al dia siguiente nos explicamos. Afortunadamente no hubo consecuencias, solo las materiales pero no me arrepiento de nada. Después de todos mis esfuerzos porque nadie quebrara nada y terminé quebrandolo todo yo mismo.



2 comentarios:

Silvia dijo...

Hola Luis, ya veo como es todo, en suma la vida en pareja es una de negociaciones que agota, amen de los buenos momentos, llamese frnces o como en mi caso gallego!

Cariños

Silvia

Saucisse dijo...

Gracias por tus palabras, es verdad que a veces uno siente que se la agota la pasiencia.

Vivan lo suficiente para encontrar al bueno. Mientras tanto protéjanse !