lunes, 15 de enero de 2007

En la Sorbona I


Tengo tiempo pensando en escribir, pero como soy un desordenado en potencia, nunca “tengo tiempo” para nada, hay que ver que la gente nunca cambia, o por lo menos cuesta mucho, y sobre todo duele... por aquello de la resistencia al cambio.



Comienzo diciendo que estoy feliz, después de todo no tengo razones para no serlo, he podido materialisar una buena parte de mis proyectos (sin saber, la mayoría de las veces, que eran mis proyectos). A veces lo que me siento es cansado de empujar...



La universidad, por ejemplo, es algo que visualicé, pero para lo que no di ni tiempo ni lugar, ni idioma, ni nada, solo algo que lancé como quien lanza un anzuelo, pero que revisaba de vez en cuando para ver si todavía estaba ahí, y voilà! Ahí estoy! Bueno toda esta experiencia es un poco lo mismo.



Estoy aprendiendo mucho, o por lo menos eso creo, pero la verdad es que no logro relajarme, y será hasta mejor porque si me relajo me achanto...?
El otro día le decía a una amiga, que cuando estoy en clase, la mayor parte del tiempo estoy tan concentrado por entender, que no entiendo nada, pero nada de nada.


Es arrecho, esto de aprender después de viejo y en otro idioma.

Mis compañeros de clase están entre 24 y 27 años, se imaginarán el trauma... son simpáticos y sobre todo muy dilemáticos, como es la gente aquí, para nosotros es el equivalente de hipócrita... Bueno, al final no sé si son los franceses, el ambiente en el que estoy o si es la vida adulta que es un poco así, a veces me canso de tantas estructuras y reglas convencionales.


En Puerto la cruz estaba tan relajado... nunca me sentí ni mas ni menos que nadie... Creo que eso fue lo que mas me gusto de estar allá, fue como un retiro de recuperación con visitas a la playa y todo.


Y que mas quiere uno?... Pues más!!



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