domingo, 29 de marzo de 2009

El tiempo pasa despacito

Después de dos semanas en el paraíso de la granja, y acompañado de los conejos, las gallinas, el cochino, las ovejas, el gato y hasta el perro. Incluso a pesar de haber cumplido 35 años y que me hayan salido dos pecas nuevas, quiero creer que he logrado retardar el tiempo.

Dos semanas pasaron en el tiempo de un mes, una semana de Sol y buen tiempo, la otra de lluvia y viento mas frío, las dos llenas de miles de actividades agradables como ver si los tulipanes abrieron hoy o si tendré que esperar hasta mañana para ver sus brillantes colores, o ver cuantos huevos han puesto las gallinas, pintar una ventana, etc.

De regreso a la civilización… No contento con el hecho de retomar el trabajo después de dos semanas de descanso, este fin de semana cambiamos de hora, es decir, que dormimos una hora de menos. Ya me había acostumbrado a despertarme con la luz del Sol, como es normal, a las 7 de la mañana, pero a partir de este fin de semana voy a levantarme dos horas antes de ver el Sol. Y me va costar al menos un mes sentirme sincronizado con la hora.

Esta tarde y llegando a Paris, me voy con los amigos al salón del vino a probar lo que me ofrezcan y comprar lo que me alcance. Tic-tac, tic-tac, tic-tac…

1 comentario:

Biotica dijo...

yujuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu! compra lo que puedas y disfruta el resto!

Vivan lo suficiente para encontrar al bueno. Mientras tanto protéjanse !