domingo, 13 de mayo de 2007

No voy en avión, voy en tren

En mi afán por describir todo lo que veo, me olvido de muchas cosas, ahora mismo acabo de pasar delante de un campo de torres de energía eólica que no había visto antes. Blancas, esbeltas, silenciosas, elegantes, como en un desfile militar, mueven sus aspas sincronizadas por el viento. Pareciera que cada día germina una nueva y como las flores en la pradera van transformando el paisaje.

Ahora es primavera y desde abril los campos cerealeros se llenan de espigas de trigo tierno, y los terrenos vacíos y los bordes de los cenderos de flores salvajes. La flor salvaje mas conocida es el Coquelicot que nosotros conocemos como Amapola. Esta flor se distingue por su color rojo intenso y porque a pesar de su fragilidad, es capaz de desarrollarse por encima de los sembradíos y en un momento de la estación los campos se ven cubiertos de centenares de ellas formando un tapis rojo que se puede ver desde muy lejos.

En Francia la utilización de esta flor es fundamental, empezando porque su imagen inspiró a muchos de los pintores impresionistas mas famosos (Monet, Van Gogh, etc.) . Los pétalos frescos se utilizan para hacer confituras y jaleas. Los granos se utilizan en la pastelería en la realización de panes y pasteles aromatizados. Las hojas o los pétalos secos son utilizados por los mas atrevidos cuando falta el cannabis, porque aparentemente tienen un poder sedativo, aunque mínimo, pero este uso no es muy común. En el folklore francés, las nupcias de coquelicot simbolizan los primeros 8 años de matrimonio.

Cayó el Sol y me perdí el espectáculo de ver la campaña francesa en su máximo verdor. La próxima vez que venga a la Bretaña, habremos cambiado de estación, será el verano y ya todo estará seco y formando otro paisaje.

10 comentarios:

Jackie dijo...

Te esmeraste con este post.
Qué cuchis los links!

Antes de verlos pensé que la foto era igualita a Les coquelicots de Monet...
Como ahorita estoy en una de florecitas me voy encantada.
Beso

Dabart dijo...

por aqui tambien tenemos esos hermosos campos de "papaveri" (amapolas) y tienes razon: es hermoso verlos durante un viaje en tren... Pero mas hermoso aun es poder detenerse y disfrutar de esa vista, sintiendo el viento y el olor del campo...
Bye

Anónimo dijo...

En que parte de Bretagne estan las eolicas ?

Pablo Bautista dijo...

los campos de cereal son una belleza sin igual, ya muy explotada en el cine (recordemos nada más y últimamente las películas Gladiator y 300), pero es que yo tengo una alergia tremenda a las gramíneas :-(

Silvia dijo...

¡Que bellos paisajes! y todas esas flores,valio la pena que fueras en tren...

Cariños

Silvia.

luisma72 dijo...

J'adore la Bretagne!. En plus, la plupart de mes amis Francais sont des bretons.
J'adore aussi St. Malo

Saucisse dijo...

Saint Malo es too much!!

Saucisse dijo...

? las eolianas están en la ruta del TGV hombre!

Buscapleito dijo...

A veces, en los campos de trigo se ven las luciérnagas durante los viajes nocturnos en tren, como si fueran un mar de luces titilantes ¿pudiste verlas al caer la luz? Claro, mis únicos viajes en tren han sido en Argentina, Bolivia y El Encanto (cuando Teodoro hizo la toma). De Europa solo conozco Portugal e Inglaterra a punta de bus y avión...

Catalina dijo...

S! a mi me gustan esos molinos de viento..y los coquelicots me encantan!!!!! son hermosos, efimeros (no puedes recogerlos...) Tu foto es bella, donde la tomaste?

Vivan lo suficiente para encontrar al bueno. Mientras tanto protéjanse !