viernes, 1 de mayo de 2009

La torre eiffel, o la dama de hierro.

Es casi ilógico escribir sobre Paris y no escribir sobre la mas parisina de todas, La Torre Eiffel.

Concebida en 1884, edificada entre 1887 y 1889 e inaugurada en 1889, la Torre Eiffel, siempre ha sido símbolo de polémica y controversia en la ciudad y el mundo entero. Noveno lugar más visitado en Francia en 2006 y primer monumento más visitado del mundo con 6.893.000 de visitantes en 2007, este año cumple sus primeros 120 años, como si nada.


A finales del siglo XIX los adelantos científicos y tecnológicos como el teléfono, el automóvil, el bombillo y la vacuna contra la rabia, aportan innumerables ventajas a la humanidad. En cuanto a la arquitectura, es el comienzo de un gran período de cambios que va hasta nuestros días.


Gracias a un gran concurso de ideas, donde participaron los más importantes ingenieros, artistas y arquitectos de la época, La Torre Eiffel fue elegida entre otros 107 proyectos para ser presentada en La Exposición Universal de 1889, el año del centenario de La Revolución Francesa. El desafío era estudiar la posibilidad de construir, sobre Los Campos de Marte, una torre de base cuadrada de 125 metros y 300 metros de altura.


La expo fué un éxito, aunque muchos estaban en contra de ese “amacijo de hierros oxidados”. Poetas, escritores, pintores, músicos, fotógrafos y otros los artistas fueron los primeros en protestar, pero también los primeros en hacerla parte de su arte.


Finalizada de la expo, el intrés cae, casi sin visitantes y sin mas utilidad, la torre debía ser destruida en 1900. Sin embargo, después de varias pruebas militares, es considerada como un lugar estratégico privilegiado para las comunicaciones y se decide conservarla instalándole en un principio, varias antenas de radio y un faro, posteriormente, una estación metereológica y varias antenas de trasmisión de televisión.


Asi, se organizan eventos, concursos, iluminación y fuegos artificiales para atraer a la gente y poco a poco “el monton de hierros” se integra al paisaje de la ciudad y a sus habitantes. A partir de los años sesenta, cuando La Torre Eiffel es explotada por una sociedad privada como lugar turístico internacional, comienza el verdadero interés masivo por visitar este lugar.


Hoy en día, los reflectores, el faro, los ascensores, el restaurant gastronómico, la brasería, los miradores, la pista de petinaje, las miles de réplicas, los cuadros, las postales, las películas y todos los recuerdos posibles, hacen de La Torre Eiffel un lugar único en el mundo, presente en nuestras fantasías y sueños, atractivo hasta para los mas indiferentes.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Saucissito guapo, ando viendote por esos parises menos grises, yo aca en el erial de los azahares, con la luna acuñada de eifeles ferricoemocionales. No desfallezcas. que tienes una cohorte de muditos.

Vivan lo suficiente para encontrar al bueno. Mientras tanto protéjanse !